Esta semana nuestra atención se vuelca a Ucrania donde cada vez soplan con fuerza vientos de guerra debido al estallido de una rebelión separatista en el este del país, donde una población mayoritariamente rusófona siguiendo el ejemplo de Crimea, ha proclamado la independencia de la industrializada región oriental de Donetsk –
no reconociendo a los fascistas que asaltaron el poder con el apoyo de la OTAN - exigiendo la realización de un referéndum para integrarse a Rusia y pidiendo ayuda inmediata a Moscú para resistir a la junta fascista de Kiev. Como podéis daros cuenta, y tal como lo adelantamos semanas atrás, lo sucedido en Crimea era solo el primer paso para la desaparición de Ucrania como nación y los violentos sucesos acaecidos esta semana nos dan la razón, Para agravar las cosas, los golpistas han decidido movilizar al ejercito para desatar una sangrienta represión contra los miles de manifestantes que han tomado por asalto edificios gubernamentales en las regiones de Donetsk y Luhansk izando la bandera rusa, rechazando el ultimátum dado por Kiev.
Sin embargo, la amenaza de desatar un baño de sangre en la región por parte de los fascistas es algo que Moscú no lo toleraría de ningún modo y entraría de acción de inmediato para aplastarlos sin piedad alguna. Ya lo dijo el señor Putin en su discurso en el Kremlin tras firmar la reincorporación de Crimen a Rusia, que cualquier ataque por parte de los golpistas a los separatistas pro-rusos del este de Ucrania, significaría la guerra: ”Moscú se reserva el derecho a llevar a cabo una acción militar en Ucrania para proteger a los ciudadanos rusos”, advirtió en esa ocasión. En efecto, las revueltas generalizadas en el este del país ha desatado la rabia en Kiev, donde el golpista Oleksander Turchinov, firmó el lunes un decreto para lanzar una operación “antiterrorista” para “preservar” - según dice - “la integridad territorial de Ucrania”. Por su parte el Consejo de la autoproclamada República Popular de Donetsk - el órgano colectivo coordinador de las protestas en esta región industrial rusófona del este de Ucrania - no se arredra ante el ultimátum de los fascistas, y por el contrario siguen ampliando su base de poder en una región de gran importancia económica. Como sabéis, Kiev acusa a Moscú de estar detrás de los movimientos para desestabilizar Ucrania tras la caída del presidente Víctor Yanukóvich y la reunificación de la península de Crimen a Rusia, que fue convalidada por mas del 96& de la población en un referéndum, algo que los golpistas se niegan a reconocer. Ahora ven con terror que la misma escena se repite en el este del país y para tratar de evitarlo pretenden recurrir a la violencia, sin medir las consecuencias de sus actos. Mientras la situación amenaza con tornarse incontrolable para Kiev, el bloque occidental y el Kremlin siguen la crisis con máxima atención. Así, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, volvió a telefonear al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, acusando a los rusos “de estar promoviendo los incidentes y las oleadas de asaltos y proclamas secesionistas”.
Por su parte, Lavrov negó tales acusaciones y afirmó que los últimos acontecimientos solo revelan la incapacidad de los golpistas ucranianos para hacerse cargo del destino del país. Moscú ha afirmado en reiteradas ocasiones que se reserva el derecho a intervenir en defensa de los ciudadanos rusos allí donde se encuentren, por lo que ya sabemos cual sería la respuesta de Moscú a la operación criminal puesta en marcha el lunes por los fascistas de Kiev. “si se atreven a atacarlos, iremos por ellos” reitero el canciller ruso. Como era de esperar, la escalada de tensiones en la región ha desatado la preocupación de la OTAN que poco o nada puede hacer en la zona para salvar a los golpistas de su destino si estalla la guerra. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, cree que tropas rusas sin identificación en sus uniformes “están alimentando la violencia en el este de Ucrania”, donde simpatizantes prorrusos están tomando edificios públicos. “La reaparición de hombres con armas especializadas rusas, vestidos con uniformes militares sin insignia que llevaban previamente las tropas rusas durante la ocupación ilegal e ilegítima de Crimea es un grave acontecimiento”, apuntó en un comunicado oficial. “Pido a Rusia que rebaje la tensión de la crisis y retire a su gran número de tropas, entre ellas fuerzas especiales, en los alrededores de la frontera de Ucrania”, añadió el secretario general. “Cualquier interferencia militar adicional de Rusia, bajo el pretexto que sea, solo terminará por aislar al país aún más frente a la comunidad internacional”, ha concluido.
Menudo cinismo el que se gastan estos impresentables cuando fueron precisamente ellos debido a su ambición, originaron este problema al apoyar el Putsch fascista en Kiev, instaurando un gobierno de traidores colaboracionistas y colocar el país bajo la bota de la OTAN en su demencial intento de aislar a Rusia. Para su desgracia, las cosas no les salieron como quisieron y comenzaron perdiendo primero Crimen, ahora le toca el turno al industrializado este de Ucrania y luego vendrá el oeste, donde Transnistria - una región separatista prorusa ubicada en Moldavia - ha pedido reintegrarse a Rusia, para lo cual será necesario dejar a Ucrania sin salida al Mar Negro, convirtiéndolo en un país desmembrado y despedazado. Un justo castigo por su traición. (Al momento de publicar esta nota, se ha dado inicio al asalto del aeropuerto de Kramatorsk, en el este del país. por parte del ejercito ucraniano, según informa RIA Novosti. La guerra ha comenzado) :(
