Menudos drogatas estos americanos.Hay que ver como estos yonkis se las ingenian para mantener su vicio a toda costa. Ya en anteriores oportunidades he hablado de las diversas maneras que utilizan para consumir su droga, creando incluso helados y gaseosas de marihuana que pueden adquirirse en los dispensarios ubicados en California,donde su venta es legal desde 1996. Hago esta acotación porque precisamente acaba de ser presentada esta semana en Santa Ana - condado californiano de Orange - la primera máquina expendedora de marihuana especialmente diseñada por la firma Dispense Labs para compras con fines “estrictamente medicinales” - si como no - siendo para ello necesario tener que ingresar una tarjeta con PIN por cada adquisición (el cual se obtiene, obviamente previo registro del usuario) y previo escaneo de la huella digital del comprador para que la máquina pueda "realizar un seguimiento diario" de sus clientes, complementado la operación con cámaras internas y sensores que hacen muy “difícil su manipulación”, según afirman sus creadores quienes esperan que con estas “medidas de seguridad”, se pueda convencer a los legisladores de que la marihuana medicinal se puede adquirir de una manera “segura y organizada” y puedan obtener el permiso correspondiente para ello. Venga, solo son palabras que se las lleva el viento,¿quien nos puede asegurar que esos “pacientes registrados” no los revenden luego a mayor precio? En cuanto a lo del “seguimiento diario” es seguro que los viciosos no tendrían problemas en ingeniárselas para saltarse sobre la norma. Si bien es conocido su uso medicinal, es inconcebible que a pesar de los años transcurridos no se haya podido crear una alternativa que la sustituya eficazmente, ya que la marihuana es una droga que genera adicción y como tal debe ser erradicada (al igual que otros estupefacientes) por las autoridades correspondientes, los cuales deben tener la obligación de castigar ejemplarmente no solo a los productores, comercializadores y consumidores por igual, sino también a aquellos políticos que últimamente aparecen con mayor frecuencia en los medios de comunicación pidiendo a gritos la “despenalización” de su consumo. Eso es apología del delito y como tal deben ser sancionados con el máximo rigor posible.Por lo visto la droga les ha arruinado el cerebro y pretenden que otros sigan ese mal ejemplo. Pobres diablos :(
