En esta oportunidad nuestra atención se dirige al África, donde Francia –
humillada al ser ninguneada recientemente en Siria al quedar desbaratados sus infames planes en busca de recobrar su perdida influencia en el Medio Oriente - ha dirigido su codiciosa mirada a la Republica Centroafricana, un empobrecido país desgarrado por una sangrienta guerra civil (al cual le dedicamos una amplia entrada el pasado 23 de octubre) que paradójicamente es rica en oro, diamantes y uranio, pero que es imposible sacar partido de ello al estar encerrada entre seis países en la región más inestable del continente. Paris le ha echado el ojo a esas inmensas riquezas que yacen en su subsuelo y no va dejar pasar esta oportunidad de intervenir militarmente “por razones humanitarias” bajo el amparo de la ONU, para quedarse con ellas al precio que fuera necesario. Y es que en el nuevo reparto del África el “socialista” (?) Hollande desea tener una participación activa en las decisiones que tomen las grandes potencias colonialistas (como EE.UU. y el Reino Unido) y no ser un espectador más. Quiere su parte del botín y no esta dispuesto a renunciar a ello. En efecto, con el pretexto de luchar contra el terrorismo Francia -
que pretende repetir su aventura colonial en Malí realizado en enero de este año – anunció el pasado 6 de diciembre el inicio de una intervención militar en la República Centroafricana con la llegada de patrullas a Bangui, la capital. Esta declaración se realizó al día siguiente de que se sometiese a votación una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que abre la puerta a una operación de “mantenimiento de la paz” en la República Centroafricana. la cual está sumida en el caos desde que, en marzo de 2013, una coalición de rebeldes, la Séléka, derrocase al presidente François Bozizé y cometiera un genocidio contra la población civil. Esta operación “de paz” (que de “humanitario” no tiene nada) busca controlar los ingentes recursos naturales del país para su propio beneficio. Y es que Francia nunca ha salido del África, tiene tropas en Chad, Senegal, Malí y Costa de Marfil, justamente para asegurarse el control de sus riquezas. Así por ejemplo, Malí es el tercer productor de oro en el continente e posee inmensas reservas probadas de uranio, petróleo, gas y diamantes, algo que se repite en los otros países mencionados y especialmente en su ultima presa, la República Centroafricana-
“Hay muchos intereses en juego y difícilmente vamos a querer quedarnos de lado para que otros países lo disfruten” admitió un diplomático francés a Le Figaro. Además es sabido que la tan mentada “lucha contra el terrorismo” es una cortina de humo para poner en practica sus planes, ya que en realidad tanto Al Qaeda y los otros grupos terroristas trabajan en estrecha relación con los EE UU y sus aliados occidentales para “justificar” con ello su presencia militar en el África y otras regiones estratégicas. Esta misma línea es compartida por Simon Tisdall, columnista especializado en política internacional del periódico 'The Guardian' quien agrega "Los franceses llegaron al país con el único fin de establecer una autoridad leal a sus intereses en las áreas donde solían ejercer como potencia colonial". Al mismo tiempo, advierte que tales acciones suponen un riesgo muy alto, ya que "es más fácil entrar que salir". A su juicio, una vez allí, después de desplegar tropas, requerirá enviar luego más soldados y recursos materiales y el conflicto se intensificará, como pasó en Malí."Y es que Francia no está interesada en ayudar a sus antiguas colonias, sino en perseguir sus propios intereses económicos, políticos y estratégicos, por un lado, y en competir con el papel de Estados Unidos en el continente africano, por el otro” puntualizo, y razón no le falta.
No cabe duda que estamos ante una nueva aventura colonial de parte del señor Hollande, quien demostró ser un ambicioso arribista sin escrúpulos: Menudo “socialista” resulto ser este impresentable gabacho :(
