Venga, esta semana nuestra atención se dirige a Noruega, donde hace unos días se ha dado inicio al esperado juicio a Anders Behring Breivik, autor de una masacre cometida hace nueve meses y en la cual murieron 77 personas, resultado de lo que considera su cruzada contra la amenaza islámica y el multiculturalismo que están destruyendo Europa y Noruega. Se ve asimismo por ello como un Caballero Templario y Salvador de Noruega frente al Islam, que avanza incontenible por todo el continente, sin que las autoridades hagan algo por detener el peligro que se cierne sobre la civilización occidental. El autor confeso de la mayor matanza en la historia reciente de ese país escandinavo afirmo que por el contrario debería ser condecorado por este acto "patriótico", como aseguró durante una comparecencia ante el juez. Según la acusación, 77 personas fueron víctimas de su odio sin límites al multiculturalismo: ocho murieron al explotar una bomba en el barrio del gobierno de Oslo y 69 en la masacre que cometió en un campamento juvenil de verano del Partido Laborista en la isla de Utøya. Pero ¿quién es este iluminado de 33 años que ha alterado la tradicional tranquilidad que se vive en ese país?: Una mirada a la biografía de este hombre, hijo de un diplomático y una enfermera y nacido en Oslo, muestra una infancia problemática. Sus padres se separaron cuando tenía un año, y se mudó con su madre y una hermanastra. Con su progenitor, que se trasladó a vivir a París, mantuvo contacto hasta la adolescencia, para luego no verlo más. Según dicen sus conocidos de entonces, Breivik se mostraba en la escuela como alguien introvertido y reacio a hablar de su familia. Su compromiso político lo despertaron las agresiones que varios de sus amigos sufrieron a manos de jóvenes musulmanes, y se concretó al unirse a las Juventudes del populista Partido del Progreso, que abandonaría tiempo después por considerarlo “moderado”. Breivik, que nunca hizo el servicio militar y era miembro de una logia masónica, empezó a pensar entonces en actuar por su cuenta, y se preparó durante nueve años para su acción definitiva. Mientras escribía su manifiesto, creó una empresa para poder importar abono químico y alquiló una granja fuera de Oslo para preparar los explosivos, a la vez que se hacía socio de un club de tiro y usaba además como entrenamiento juegos bélicos en Internet. Los preparativos culminaron el 22 de julio del 2011 cuando el joven se convertía, según sus propias palabras, en "un héroe europeo, un salvador frente a la amenaza islámica… que destruyo su maldad y trajo la luz". Aunque algunos no lo crean, Brevik tiene sus seguidores que le envían cartas a prisión y lo llaman “hermano” en Internet, comprometiéndose a seguir su obra que consiste en “erradicar la negativa influencia del Islam en su sociedad” aseguro su defensora Vibeke Hein Bæra a la radio noruega. En cuanto a Breivik, es más que seguro que sea condenado, pero sus ideas quedan y otros tomaran la posta. Y es que el fascismo también avanza en Europa como lo vimos en Francia el pasado domingo, donde el Frente Nacional quedo en el tercer lugar y será la que decida finalmente con su voto y no con las botas - vaya paradoja - quien será el inquilino del Eliseo. Si bien en la derecha esperan que apoyen a Sarkosy, lo más probable es que voten en su contra para convertirse en la voz de la oposición al socialista Hollande - favorito de todas las encuestas - y ser la “alternativa” en las próximas elecciones. Y así mueren las democracias ... :(
